¿Se nos acaba el agua?
“Si te quedas sin agua, te quedas sin vida”, reza un dicho uzbeko. Algunos peritos dirían que tales palabras parecen más proféticas que proverbiales, pues dos millones de personas —de los cuales el 90% son niños— mueren cada año por falta de agua potable y saneamiento adecuado.
¿DE DÓNDE obtiene usted el agua? ¿Se limita a abrir el grifo y verla correr? ¿O, como en muchos lugares, tiene que recorrer largas distancias, hacer fila y cargar un cubo del preciado líquido hasta su casa? ¿Le toma varias horas conseguir agua para lavarse y cocinar?
Este es el panorama en muchas regiones del planeta. Diane Raines Ward, autora del libro Water Wars—Drought, Flood, Folly, and the Politics of Thirst (Guerras del agua: sequías, inundaciones, tonterías y la política de la escasez), señala que el 40% de la población mundial “recoge el agua necesaria de pozos, ríos, lagunas o charcas”. En algunos países, las mujeres dedican hasta seis horas al día a acarrear agua para sus familias en recipientes que pesan más de 20 kilos (40 libras).
La realidad es que más de la tercera parte del mundo se ve agobiada por una severa crisis del agua y del saneamiento. En África resulta especialmente grave, pues 6 de cada 10 personas no cuentan con un retrete adecuado, hecho que, según la Organización Mundial de la Salud, contribuye a “la transmisión de bacterias, virus y parásitos presentes en las excretas humanas, que [...] pueden contaminar los recursos hídricos, el suelo y los alimentos. Esta contaminación es una importante causa de enfermedades diarreicas (segunda causa de muerte en los niños de los países en desarrollo), entre ellas el cólera, y también produce otras enfermedades importantes, como la esquistosomiasis o el tracoma”.
Algunos llaman al agua “el oro líquido” o “el petróleo del siglo XXI”. Sin embargo, las naciones consumen este precioso bien a tal grado que sus principales ríos apenas tienen algo que verter al mar. La evaporación y los sistemas de riego beben de sus cauces, lo que produce una merma considerable en el caudal de ríos importantes como el Colorado (Estados Unidos), el Yangtsé (China), el Indo (Pakistán), el Ganges (India) y el Nilo (Egipto).
FUENTES DE AGUA AMENAZADAS
▪ “El mar de Aral era el cuarto mayor lago del mundo en 1960. En 2007 ocupaba sólo el 10 por ciento de su tamaño original.” (Investigación y Ciencia.)
▪ Los cinco grandes lagos de Estados Unidos y Canadá (Erie, Hurón, Michigan, Ontario y Superior) se reducen “a un ritmo alarmante” (The Globe and Mail).
▪ En un tiempo, el molino de Deniliquin (Australia) abastecía de arroz a 20.000.000 de personas. En la actualidad, los cultivos se han reducido en un 98%, y el molino tuvo que cerrar en diciembre de 2007. ¿La razón? “Seis largos años de sequía.” (The New York Times.)
SE SECAN LOS RÍOS Y ARROYOS
“El lago Chad, en África, suponía un punto de referencia para los astronautas, pero ahora les cuesta localizarlo desde el espacio. Bordeado por Chad, [Camerún,] Níger y Nigeria [...], ocupa un 95% menos de la superficie que tenía en los años sesenta. La insistente demanda de agua de riego está secando los ríos y arroyos que desembocan en él. El lago Chad podría desaparecer dentro de poco sin dejar rastro de su existencia a las generaciones futuras.” (Plan B 2.0—Rescuing a Planet Under Stress and a Civilization in Trouble [Plan B 2,0: rescatar un planeta con estrés y una civilización en dificultades], de Lester R. Brown.)
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