Aprendemos a oler el fruto antes de comerlo…
Tal vez solo sea la curiosidad de seguirle los pasos al cazador y determinar el momento en que va a dejar de actuar o estar preparada al momento de que quiera atacar.
En este juego queremos seguir y perdemos en el acto hasta el aire por solo continuarlo.
Y me da vueltas la cabeza intentando penetrar en el jugador, descubrir las ideas sucias y su lado débil para poder perturbarlo.
En este juego queremos jugar, nos ocultamos como animales, nos devoramos por dentro pero también sabemos detenernos a observar, a oler el miedo, a percibir el placer, a distinguir al jugador de su cazador.
Perversos son los actos que nos llevan a tumbar cada una de sus fichas antes de llegar al clímax.
Si son las mismas piezas o distintas, no importa, al fin…
Es solo una jugada, con un solo ganador.
Publicado 07/24/2011 / Originalmente Publicado 05/29/2008 Por: leylahernandez (MiNe)
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