Perfiles de Agresores
Muchas personas hallan que el comportamiento criminal es un tema fascinante. Por lo tanto, cada vez que un crimen particularmente atroz ocurre, las noticias a menudo incluyen entrevistas con expertos en Perfiles de Agresor sobre las características de la persona o personas que cometieron el crimen. "¿Qué clase de persona sería capaz de cometer un crimen tan horrible?" es a menudo el tema central que se aborda en estas entrevistas. Pero las respuestas a tales preguntas no son sólo intelectualmente interesantes, son una importante herramienta de investigación que a menudo ayuda a las fuerzas del orden a detener a los delincuentes.
El perfilar delincuentes modernos se remonta a la época del infame asesino en serie "Jack el Destripador", que aterrorizó a la ciudad de Londres en la década de 1880. Thomas Bond, un cirujano que ayudó en la autopsia de una de las víctimas del Destripador, desarrollo una descripción hipotética de su comportamiento que el esperaba ayudaria a la policía a capturar al asesino. Como probablemente sabes, el perfil de Bond y otros esfuerzos en la investigación no condujeron a un arresto. Hasta la fecha, la identidad de Jack el Destripador sigue siendo un misterio. Por lo tanto, el Perfil de Agresor tuvo un comienzo más bien desfavorable.
Cerca de un siglo después de la matanza del famoso Destripador, el perfilar delincuentes fue revolucionado por los resultados de los estudios de numerosos casos de criminales convictos. A partir de estos estudios, el Perfil de Agresor gano penetración en las características de las personas que cometen diferentes tipos de delitos. Un estudio clásico de este género fue realizado por los profesionales de perfiles John Douglas y Robert Ressler (Douglas et al., 1992). Douglas y Ressler pasarón tres años entrevistando a 36 asesinos en serie y estudiando sus crímenes y sus antecedentes. Se les acredita con ayudar a los agentes del orden público a comprender las implicaciones de las escenas del crimen "organizado" y "desorganizado." Por lo general, una escena de crimen organizado con poca evidencia física implica que el crimen fue planeado y que el delincuente puede estar sufriendo de un trastorno de personalidad antisocial. Por el contrario, una escena de crimen desorganizado que está repleta de evidencias físicas indica un crimen pasional y un delincuente que pudo haber estado bajo la influencia de un estado emocional intenso, una psicosis, o de una sustancia que daña el buen juicio. Durante la década de 1980, la dicotomía "organizada/desorganizada" en una escena del crimen se convirtió en el estándar de estrategia de análisis entre los investigadores de homicidios.
Sin embargo, los perfiladores profesionales no son psicólogos. Muchos, en cambio, son oficiales experimentados en la aplicación de la ley. Como resultado, algunos psicólogos han criticado su trabajo como carente de fundamento en la teoría psicológica y la investigación. Algunas de estas críticas han ayudado a desarrollar teorías para llevar a cabo la investigación que se pueden utilizar para mejorar el Perfil de Agresor. Muchos de esos oficiales trabajan en el campo de la "psicología de investigación" que se fundó en la década de 1990 por el psicólogo británico David Canter.
En un estudio, Canter y sus colegas analizaron 100 escenas de crímen de los más conocidos asesinos en serie con el fin de poner a prueba las conclusiones de Douglas y Ressler sobre las escenas del crimen "organizado/desorganizado" (Canter et al., 2004). Canter y su equipo encontraron que todos los asesinos en serie presentan cierto grado de organización en sus crímenes. Sin embargo, las escenas del crimen que estudiaron sugieren cuatro tipos distintos de patrones de interacción entre asesinos y víctimas. Los investigadores llamaron a estos patrones: Control sexual, Mutilación, Ejecución, y Saqueo. Una vez que la escena del crimen ha sido clasificada de acuerdo con uno de estos cuatro subtipos, las investigaciones de Canter sugieren que las correlaciones entre estos subtipos y otros comportamientos pueden ayudar a los investigadores a realizar predicciones sobre otros aspectos del delito y del delincuente.
Aunque los psicólogos como David Canter argumentan que la investigación basada en los perfiles es potencialmente más útil que las que se basan solo en la experiencia de investigación, la mayoría reconoce que el elemento humano es también importante en perfilar infractores. Es decir, cada investigador difiere de otros en su capacidad para utilizar herramientas tales como los perfiles. Por lo tanto, el perfil más eficaz, según muchos, es el que tiene fundamento científico y puede ser puesto en uso por un investigador experimentado y perspicaz (Winerman, 2004).
The World of Psychology p. 581
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